... ¡y me escribirá de nuevo,
para preguntar por la chica de las cuatro y diez...!
para preguntar por la chica de las cuatro y diez...!
Yo que pensaba que te morías sin que yo te viera... ¡con las veces que te he sentido! ¡la de veces que hemos gritado al unísono que te queríamos! que te queríamos de todas las maneras...allí... te queríamos también allí... cantándonos desde el radiocassette azul... y cantábamos contigo, y se nos ponía el vello de punta...
Y ahora estabas allí, a dos metros de mi... sonriendo... con la tez arrugada. y mi corazón rápido y mi mente lenta, bloqueada, emocionada... con apetito de llanto... para escucharte recitar del libro de bolsillo, en ese momento tan surreal de tu mano en mi hombro...