Rafa seguía pensando en ella. Aprendió bien a desempeñar su trabajo y ya no se perdía por las calles de la ciudad. Cada fin de semana se iba al campo para intentar olvidarse de todo, menos de Sonia. Que la seguía viendo cada mañana por la calle Rondeñas y ella seguía sin fijarse en él. Ni siquiera le saludaba después del error de aquella mañana, si es que debió decirle su nombre… (Pensaba Rafa en un arrebato de atrevimiento). Pero luego volvía a lo mismo. A imaginar lo que le diría cuando la tuviese cerca, sabiendo que si eso sucedía algún día, no diría nada. Le gustaría verla en mitad de un puente, así no podría salir corriendo, que lo único que le atemorizaba más que ella eran las alturas, y si estaba de morir del espasmo, quería que fuese a su lado.A Rafa empezaron a secárseles los ojos de verla y no hacerlo, los sesos y el sexo de imaginarla… A sentir que dentro de él, algo iba mal. Tras muchos esfuerzos consiguió ser bueno en su trabajo, y la ciudad ya no le envolvía tanto como antes, ahora ya formaba parte de ella…Se acabo acostumbrando a todo. Se convirtió en una persona más fuerte, más segura. Trabaja todos los días el valor, para ver si así podía acercarse a ella, se atrevía a cogerle de la mano y decirle que la amaba, que lo hacía desde el principio, desde la primera vez, y que las pocas palabras que le dedicó una mañana eran las mejores palabras que le habían dedicado nunca. Que le admiraba por ser feliz. Por parecerlo al menos. Hacía unos días que empezó a verla rara. El, que conocía cada gesto, que la había acompañado en el silencio durante todo ese tiempo. Que veía cómo lucía su anillo de compromiso con los rayos del sol cuando iba caminando y casi juntaban su aliento pero no se daba cuenta que él llevaba allí quince minutos esperando que pasara, cual devota que espera la procesión. Y más que procesión lo que hacía ella era modelar, con esos pantaloninos cortos y esas sandalias tan bonitas, y el pelo así tan bien cogido con la pinza negra o suelto, como una leona, luciendo el mejor pelo rizado de cuantas pasaban por allí, que Rafa también se fijaba en las otras, a ver si había modo de sustituirla, pero es que no quería… lo que el quería era que ella lo quisiera, lo aceptase, con su ropa de mercadillo y su poca gracia para los chistes, con su poca gracia en general, que ni sabía cómo podía vender cosas… le daría pena a la gente, por eso vendía … por pena. Igual que si algún día Sonia se acercaba a él, porque lo viera tendido en el suelo, por pena, sólo por eso… Porque no destacaba en nada, a simple vista no tenía ningún atractivo, no, nada interesante que mirar para una chica tan guapa como ella, tan contenta, tan viva…A Rafa le gustaba leer, no cosas de esas raras, pero sí novelas de intriga, de amor… Y a veces escribía. Cuando vivía en el campo era más fácil… Desde que llegó a la ciudad, no conseguía estar a gusto para hacerlo. Necesitaba estar tranquilo, o muy jodido. Eugenio Fuentes dijo que se escribía, que se escribía sin pudor cuando uno estaba más jodido… ¡y qué razón tenía!.. Pero Sonia no le dejaba crear nada, ni un solo verso pudo dedicarle a su persona… con lo que le gustaría crear una historia para ella, donde la describiese como una diosa, donde se describiese a sí mismo como a un imbécil que era capaz de darlo todo por una persona a quien apenas conocía… Pero no era capaz, no soportaba ver escrito su sufrimiento, su vergüenza, su mala suerte… Si quedaba escrita esa época que tal vez durase toda la vida, tendría que vivir siempre con ello. Con la angustia que sentía, la fatiga de ser noble. Veía en los bares a los hombres sin escrúpulos que conocían a una chica en una noche y se la trajinaban al momento, sin sentimientos, sin más compromiso que el deber de darse placer… y no echaba la culpa a ellos, ellas también funcionaban así. Había visto a chicas irse con hombres al enseñarles estos un gramo de cocaína. No es prostitución, pero si interés… ¿Qué sabía del amor aquella gente? ¿No se sentían sucios después de hacer aquello? Rafa no lograba entender de qué pasta estaba hecho el mundo. Pero lo que si entendía es que él nunca iba entrar en él, que nunca iba a hincar sus rodillas en la pasta que cubría todo esto, era imposible atravesar tanta superficialidad… Y si bien no entendía de qué pasta estaba hecho el mundo, tampoco entendía cuál es el material que llevamos por dentro… ¿qué es lo que tenemos por dentro que tiene tanto que ver con lo de fuera pero sin una conducción aparente? Sin un sentido lógico. Todo parecía suceder porque sí… No creía en el destino, le parecía que eso del destino sólo era un poco de aire fresco para quien tiene la soga al cuello, acogerse a él era un acto de cobardía, no querer aceptar la realidad, echarle la culpa a otro…
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7 comentarios:
Y yo siempre pensando que las diosas eran musas...
Ay el Rafita! si total, el no lo tiene ¡pues que se lance, coño! hombres....
Las has cagao Achi, ahora tendrás que contarnos toda la historia hasta el final, y no vale que te canses y mates a Rafa atropellado por un autobús, eh?? Aquí los accidentes no tienen cabida.
Un beso chula.
Nur.
Nena, cómo está sufriendo este Rafa por amor, no?? Menos mal que si se está adaptando a su nueva vida... Me alegro por él!! A ver si un día de estos lo llamo y tomamos un café ;)
Besinos
Oye, nenita, ya te vale, no? que tienes esta casa abandonada, carajo!!
Bueno qué? ahora que no puedo tomar café, qué hacemos? hace un zumo de tomate?? :P
Besinos
Supongo que lo único que hace falta es que me llames.. para tomar lo que sea... eso es lo de menos!;)
Y sigo sin red...:(((
Saludillos !!
Nena! te echamos de menos!
Y es que eso es lo que se suele hacer...hummmm.
besos de vuelta. Me encanta volver a leerte. (perdón por mis faltas de asistencia)
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