El olor a laca asfixiaba mis ganas de estar allí.
Sus dedos, siempre quise escribir de sus dedos esqueléticos que hacían de sus manos extremidades inacabables. Siempre sosteniendo un cigarro. Era imperecedero el olor a ducados. Toda ella olía a tabaco.
La navidad la hacía aún más puta. Es decir, ver en cada calle luces verdes rojas y amarillas parpadeantes y procedentes de ventanas sí y ventanas no, le hacía pensar que todos esos sitios eran clubes para ella. La dueña de la ciudad, todas las calles, casas, clientes y clientas para ella.
Últimamente era mas visitada por chicas.
Para los hombres, era más psicóloga que puta. Verdaderamente, prefería ser puta. Ella siempre había pensado que follar se podía hacer con cualquiera… incluso afirmaba que si alguien intentase violarla, ella se dejaría hacer.
Esta vez no se trata de Dolores, a ella le dijeron muchas veces puta, pero nunca de esta manera…
Esta navidad también la pasaría tomando cocaína y comiendo pollo asado.
A veces le gustaba escribir, aunque no era demasiado buena con los finales. En sus cajones dormían miles de escritos sin un final. En su cabeza crecían a diario historias locas que al pasar a papel perdían el sentido.
Siempre quiso enamorarse.
Cuando conoció a Federico.
…. Y no escribió más… estas líneas las creó ella en su cabeza… Pero ya no se acordó de más…
Como casi siempre… su manía de quedarme en ascuas cada vez que la leía…
dic132007
dic
13
2007
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Publicado por
Achiperre
en
23:02
Etiquetas: textos sin fin
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2 comentarios:
lo reconzco, me has dejado desconcertada... y no nací yo para el suspense.
Ole ole y ole, cómo escribe la niña, madre mía.
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