Esta mañana no veo nada. Averiguo la dirección del aire mientras enciendo un cigarro. Y me visualizo. Aquí, inmóvil... Inmóvil en la tierra del bufón avaricioso, del ciego presumido, de la señora que ordena y nunca hace nada.
Esta mañana no se ve nada, ni un abedul, ni un pino, ni una chaparra reseca...
Siento el aire y la parra a mi izquierda. A mi derecha se encuentra la mala hierba, la mansión del ricacho y la gata parda...