… y hacías arroz los sábados y pollo los domingos… Comprabas fanta de naranjas y cortes de fresa para después de comer… Me acuerdo de vosotras en la puerta, sentadas en los umbrales con los mandiles por las piernas, alcahueteando hasta muy tarde, mientras yo, y otra gente jugábamos a fuga o a zapatito blanco zapatito azul… Y recuerdo por las mañana, la camilla llena de buñuelos, y el colacao con “leche de vaca” y recuerdo esta expresión… ¡dame los churros, que yo me voy a mi casa que hay leche de caja!... Y llegaba a casa, muy temprano… en tu casa siempre se madrugaba porque una mujer con la voz muuy fuerte gritaba desde la puerta de la calle… ¡Antoniaaaaaaaaaaaaaaa la lecheeeeeeeee! … tú casi nunca estabas… y desde la cama…. Cualquiera de nosotros exclamábamos… “ mi aguela no está” …

Pero de eso…hace ya mucho tiempo…