La parte que yo veo en Sofía

Necesitaba quitarle peso a la locura. Le gustaba llamarse Sofía… la gente le repetía a menudo aquellos de ¡ay tus mundos Sofía!... ante la rima, prefirió siempre llamarse Sofía y no Alicia, le parecía que la rima de “en el país de las maravillas” le daba un tono de guasa y no de cultura como era hacer referencia a los mundos de Sofía…
Aparte de su nombre poco le gustaba de ella, y poco sabía de la vida. Que la había tratado mal, todo por la mente de los que no entendían su nombre… siempre decía que los puños y patadas que por vivir se iban recibiendo, eran cardenales inútiles en la mente del que no entiende. Del que se encuentra en la cúspide temerosa de la ignorancia.
Prometió no echarse novio hasta que no se le abrieran las piernas… en verdad… siempre hay tiempo para abandonar el momento. El momento que casi tocas el clímax de todo lo que emprendes…
La subida de las escaleras de todos aquellos imbéciles acabaron dándole lo mismo… de hecho… comenzó a frecuentar aquel lugar de luz tenue e increíble nube de humo y polvo…
Los pasos que observó antaño, eran ahora los mismos que estaban dando algunos locos que se pensaban, que ellos también iban a brillar por las mismas andanzas…el ser humano comenzaba a parecerle realmente absurdo…A veces, le gustaría ser perro o culebra o gato negro… a pesar del amor que le tenía a su nombre, también pensaba que sería divertido cambiarse por otra gente diferente… Sentía nostalgia por cosas que no tenía, de esa forma, añoraba terriblemente vivir en Valladolid… conocía de esa ciudad el frío que hacía y nada mas, pero anhelaba poder contestar a la pregunta de donde eres, con un tono castellano perfecto y marcar la terminación de su ciudad en un dolIDDD que con el acento que le proporcionaban sus tierras agrietadas nunca iba a conseguir.
Le gustaba tomar café muy tarde y en muy buena compañía… aunque también se conformaba con tomar miel para poder seguir fumando y beber agua para que su garganta no se resecase de tanto hablar sola…
Le gustaba acostarse tarde aún sabiendo que tenía que levantarse temprano.
Aprovechaba su fama de caprichosa para mostrar cierto desinterés por todo y apasionarse en un solo segundo por nada… adoraba ver como se hacía de día mientras simulaba ser otra, como en un eterno juego de muñecas, donde las mayores siempre eran populares…
Y le gustaba vivir para ir aprendiendo de la soledad y la oscurana… sin pensar en nada mas…